Si la incertidumbre es crisis, ¿la expectativa es oportunidad? Zoom, cámara, y acción.

“La incertidumbre está a la vuelta de la esquina, pero nos espera acompañada de la expectativa, quien también forma parte de la reunión”.  

En el vertiginoso escenario emprendedor argentino, donde la incertidumbre se convierte en el tema principal del día a día, la expectativa se muestra como un elemento esencial en la mesa de los emprendedores.

Vengo escribiendo hace años sobre emprendedurismo, liderazgo y motivación, aprendo día a día, e intento formar ideas y teorías en base a la experiencia propia y de expertos en el tema, y fue así que algo me llamó poderosamente la atención. Las crisis.

No solo me han tocado vivirlas, sino, experimentarlas, y he observado de cerca el constante vaivén entre el riesgo y la posibilidad que define a los emprendedores de nuestro país.

Durante mucho tiempo, abordé el concepto de crisis-oportunidad, destacando la capacidad única de los emprendedores argentinos para convertir los desafíos en puertas abiertas hacia nuevos horizontes.

En Argentina, la dualidad de ser empleados y emprendedores es una realidad arraigada, y hoy más que nunca, pareciera que estamos atravesando un portal que nos conduce hacia un futuro donde los emprendedores serán los líderes indiscutibles de la nueva economía.

Algo comprobado es que la consultoría, la asesoría, la mentoría y la capacitación emergen como herramientas clave para diferenciarnos y alcanzar resultados más exitosos en la travesía emprendedora. Si bien la incertidumbre puede ser abrumadora, hay que encontrar ese terreno fértil para sembrar las semillas de la innovación y la resiliencia.

La toma de decisiones en condiciones inciertas exige valentía y preparación. El temor y el miedo, no son buenos consejeros en este momento bisagra. Más bien, el éxito dependerá en gran medida de nuestra disposición para seguir y para invertir esfuerzo y compromiso en la materialización de nuestras ideas y proyectos. 

¿Más esfuerzo? Dirán algunos. Si. Los entiendo. Arduo trabajo nos espera. En innumerables reuniones, hay algo que siempre logró captar mi atención por completo. Algo de lo que me sentía y me siento orgulloso cada vez que converso con empresarios y emprendedores de otros países. Fueron estos colegas los que más de una vez repitieron: “Que magia la de ustedes, los emprendedores argentinos, siempre destacándose por su resiliencia y esa capacidad honorífica para adaptarse a tantas crisis”.

Es que queridos lectores, no es porque uno quiera vanagloriarse, pero cuanta verdad.

A pesar de los desafíos económicos y la incertidumbre, siempre hemos demostrado una notable habilidad para encontrar oportunidades donde otros ven obstáculos. Debe ser que por tantas crisis, nuestra creatividad e innovación, se destacan y florecen al buscar soluciones.

Pero hay algo más. Algo que siempre que tengo este tipo de conversaciones con colegas suelo agregar en la primera pausa que se me presenta. Y es que bien sabemos que crisis hay en todo el mundo, pero en Argentina, pareciera que tenemos crisis constantes. 

Pero, ¿cuál es la clave de lo que emprendedores de todo el mundo ven en los emprendedores argentinos? Me pregunté una vez, y respondí ciento de veces: El empresario y emprendedor argentino, no solo vive la crisis, sino, que muchas de esas crisis son “cisnes negros” que nos arrebatan la realidad y nos obligan al cambio inmediato. 

Esto me recuerda a mi estimado amigo y especialista en storytelling, storyselling y pitch de Latinoamérica, -Gonzalo Otálora-, con su libro: -Reinventados: Los que se quedan quietos pierden-, que vino a mostrar en el medio de la pandemia, la esencia del dinamismo empresarial en un mundo en constante cambio y la capacidad de adaptarse y evolucionar como necesidad imperiosa en un contexto donde la tecnología, las tendencias de consumo y las condiciones económicas cambiaron de un segundo al otro.

La reinvención no se trató ni se trata solo de seguir las últimas tendencias, sino, de anticipar y liderar el cambio.

La mentalidad proactiva, la disposición a salir de la zona de confort y la voluntad de abrazar nuevas ideas y metodologías fue la clave de la reinvención, junto a saber identificar oportunidades emergentes. 

Algo que también considero sumamente importante, es ser parte de comunidades emprendedoras que se apoyen mutuamente, compartiendo conocimientos y recursos. Esto contribuye de forma directa al crecimiento de nuevas ideas, proyectos, e innovación, incluso en tiempos difíciles.

Estar atentos a las novedades, noticias, y opinión de expertos es sumamente beneficioso. La oportunidad que nos brindan hoy las revistas, portales y diarios digitales especializadas en empresas, pymes, negocios y demás, es algo de lo cual debemos saber sacar provecho.

Es un momento difícil, y si bien no podemos negar que la única verdad es la realidad, tampoco neguemos que la realidad, es en mucho de los casos, una construcción propia. Y claro, como no va a ser complicado. ¿Alguna vez buscaste la definición de “emprender” en un diccionario? Dice así: Según la RAE emprender se entiende como “acometer y comenzar una obra, un negocio, un empeño, especialmente si encierran dificultad o peligro”. 

Si las condiciones son propicias, este podría ser un gran momento para innovar y emprender. Para eso, debemos estar dispuestos y atentos a tomar los recaudos necesarios y enfrentar los desafíos con determinación. 

La incertidumbre tiene un papel principal, pero la expectativa es la protagonista que nos impulsa a transformar la crisis en oportunidad, convirtiendo cada desafío en un escalón más hacia el éxito emprendedor. 

Sé que podemos. Recordemos siempre, que aquellos que abrazan la crisis con valentía y perseverancia, están destinados a liderar el camino hacia el futuro.

¿Cuál es la diferencia entre emprender, emprendedores y emprendedurismo?